Muchas mujeres temen realizar yoga porque presuponen, de manera errada, que los ejercicios harán daño a su bebé. La verdad es que esta práctica es muy beneficiosa, tanto para el cuerpo de la madre como para la salud del niño. Te aconsejamos que antes de comenzar en este mundo busques toda la información que necesites, busques todos los beneficios y comprendas las grandes ventajas que obtendrás.
Ahora bien, la gran mayoría de nuevas madres no saben cómo iniciar. Muchas van a lugares donde les puedan enseñar y se descubren incómodas entre tantas personas. Otras se desalientan al creer que resultará muy difícil. Lo que te podemos decir es que, con un poco de paciencia y disciplina lograrás grandes resultados.
Como dijimos antes, algunas mujeres no saben por dónde empezar y se desaniman antes esta realidad. La verdad es que el yoga es una actividad muy sencilla, pensada para la relajación y el buen entendimiento entre mente y cuerpo. Por eso te recomendamos que lo tomes todo con mucha calma, poco a poco todo se dará.
El cuello es una parte que guarda mucha tensión por eso es muy importante ejercitarlo. Lo que debes hacer es sentarte en el suelo, de la manera más cómoda que encuentres. Puedes hacerlo sobre una manta doblada o un cojín. Ahora relaja tus hombros, dejando caer los brazos a un lado del tronco.
Luego, posa las manos sobre los muslos y une suavemente los dedos pulgar e índice. A continuación deja caer la barbilla, inhala y gira lentamente el cuello hacia la derecha. Exhala y vuelve la cabeza al centro. Repite al otro sentido, procurando mantener relajados los hombros, la mandíbula y el rostro.
Ponle mucha atención a esta clase de ejercicio pues es muy importante, sobre todo si quiere aliviar el dolor lumbar y todos los dolores de espalda en general. Además, en el momento del parto la flexibilidad que ellos te dan hará que tu bebé nazca de manera más sencilla.
Lo primero que debes hacer es colocarte a gatas con las piernas abiertas, estira los brazos y los hombros por encima de las muñecas. Debes inhalar y arquear suavemente la columna mientras elevas la cabeza. Mueve la pelvis, mantén los brazos y las piernas en completa inmovilidad.
Exhala y redondea la espalda, lleva la mirada hacia tu ombligo. Este ejercicio se repite diez veces en forma coordinada. Descansa unos cuantos segundos y repite de nuevo.
La siguiente postura es ideal para descansar tanto la mente como el cuerpo. Desde la postura anterior lleva todo el peso hacia los talones, relaja la cabeza sobre el suelo. LUego abre las piernas para encajar el vientre entre los músculos, hazlo de la forma en que tu bebé y tú estén cómodos.
Luego estira los brazos con las palmas de las manos hacia el suelo. La idea es que tu columna se relaje, te conectes contigo misma y respires lentamente.
Esta entrada ha sido publicada el 13/10/2020 12:30
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