Todo nuestro cuerpo merece el mismo cuidado, eso debemos tenerlo claro. Y es que existen algunas formas en que podemos fortalecerlo sin grandes sacrificios. Ahora bien, en el caso puntual de los riñones, siempre podemos hacer un poco más para lograr dicho objetivo. Teniendo en cuenta, claro está, que estos órganos son extremadamente importantes. Aquí te hablamos de algunos hábitos saludables para tus riñones.
El ejercicio vigoroso, sistemático y continuo, entre 150 a 300 minutos a la semana, no solo reduce el riesgo de enfermedad renal, sino que retrasa su progresión. También disminuye el riesgo de las enfermedades precursoras como la diabetes, la hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares y de cáncer de mama, vejiga, endometrio, esófago, riñón, pulmón y estómago.
La práctica regular repercute en la calidad del sueño, en la facilidad para realizar tareas diarias y mejora los procesos en el cerebro que permiten optimizar las funciones ejecutivas, la capacidad para planificar y organizar. De otra parte, ayuda al autocontrol e inhibir o facilitar los comportamientos, iniciar tareas y controlar las emociones.
A nivel cognitivo ayuda en el procesamiento y velocidad del pensamiento, atención y rendimiento académico. Mientras que reduce el riesgo de depresión clínica y su control, así como los síntomas de ansiedad tanto de manera crónica como episódica. En los adultos mayores mejora la funcionalidad, reduce el cansancio excesivo, aumenta la energía para las actividades diarias, reduce el riesgo de caídas y lesiones derivadas y ayuda a mantener la independencia.
El azúcar no debe aportar más del 10% de las calorías diarias. Las preparaciones dulces producen una sensación agradable en el paladar, pero dejas de lado alimentos más saludables y que no te ponen en riesgo de sobrepeso. Se considera que alrededor de la mitad de las personas que tienen diabetes desarrollan daño renal, por lo tanto, es importante que se realicen exámenes regularmente para verificar su función renal y prevenir que progrese a daño renal.
La ingesta recomendada de sodio es de 5 a 6 gramos de sal por día (alrededor de una cucharadita). Para reducir su consumo, intenta limitar la cantidad de alimentos procesados y de restaurante y tampoco agregues sal a los alimentos. Te será más fácil controlarlo si tú mismo preparas los alimentos con ingredientes frescos.
Muchas personas pueden estar conscientes de que la presión arterial alta puede provocar un accidente cerebrovascular o un ataque al corazón, pero pocos saben que también es la causa más común de daño renal.
A medida que envejecemos tenemos más riesgo de hipertensión arterial, diabetes, colesterol alto y las enfermedades cardiovasculares, que son factores de riesgo para enfermedad renal y a su vez la enfermedad renal es un factor de riesgo potente para generar enfermedad cardiovascular e infarto que incluso puede comprometer la vida.
En general estas enfermedades no dan muchos síntomas, son silentes y se manifiestan tardíamente. Por tanto, es tu responsabilidad conocer tu riesgo, adoptar hábitos saludables y trabajar en equipo con tu médico para cuidar tu salud.
Ten en cuenta que el nivel normal de presión arterial de un adulto es 120/80. La hipertensión se diagnostica si, cuando se mide en dos días diferentes, las lecturas de presión arterial por encima de 130/80 ya son elevadas.
Si tu presión arterial se eleva constantemente por encima del rango normal (especialmente si eres joven), consulta con tu médico para analizar los riesgos, la necesidad de modificar el estilo de vida y el tratamiento con medicamentos.
Esta entrada ha sido publicada el 04/05/2021 12:30
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