Seguro ya has escuchado algo sobre la dieta mediterránea y lo saludable que es. Incluso es probable que ya hayas pensado en intentarla. Pero ¿sabes exactamente en qué consiste, cómo beneficia a tu cuerpo y cómo hacerla? Si lo dudaste al menos por un segundo, debes seguir nuestros consejos.
¿Dieta mediterránea?
Básicamente como su nombre lo dice, describe el tipo de alimentación característica del Mediterráneo, región en la que se mezclan productos de la tierra (verduras, frutas, legumbres, cereales, frutos secos), un buen consumo de aceite de oliva y una ingesta moderada de alimentos de origen animal (huevo, lácteos bajos den grasas y pescado), reduciendo o mejor dicho evitando las carnes rojas y los productos procesados.
Cómo implementarla
Aumenta el consumo de frutas y verduras: son los alimentos que más vitaminas y minerales aportan, además de la fibra. Intenta consumir 5 porciones al día. Empieza a utilizar legumbres: muchas veces creemos que si no comemos carne no estamos consumiendo la proteína necesaria, pero las legumbres nos la pueden aportar, sobre todo cuando las mezclamos con cereales. No tengas miedo de comer frijoles, lentejas, soya, habas, garbanzos.
Di sí a los cereales, estos incluyen avena, trigo, maíz, papa, arroz, quinua entre otros. Estos nos proporcionarán la energía que nuestro cuerpo necesita para sus actividades diarias. El secreto está en la cantidad, esta dependerá de cada persona pero una recomendación es incluir 1 o 2 porciones por comida, procurando que sean integrales.
Busca las grasas buenas: en esta parte destacamos el aceite de oliva, el cual es rico en ácidos grasos monoinsaturados, lo mejor es usarlo crudo para ensaladas o como condimento, de esta forma no perderá su composición como cuando se calienta.
No tengas miedo en añadir huevo: es un alimento rico en nutrientes y proteína, puedes consumirlo hasta 3 veces por semana, solo no olvides consultar a tu nutriólogo para estar más seguro de las porciones. La leche y derivados te aportarán una buena cantidad de proteína, vitaminas y minerales. Te recomendamos elegir opciones bajas en grasas como el queso panela y el yogur natural.
Incluye pescados ya que son otra fuente rica en grasas buenas y proteína. Cómelos de 1 a 2 veces por semana. Además, limita las carnes rojas; elige las que sean magras y siempre combínalas con verduras o cereales, para que no sean el alimento principal o único de tu comida. Te aconsejamos, igualmente, consumir más frutos secos pues son perfectos para los momentos en que tengas ansiedad por comer algo en tus ratos libres.
¿Y los líquidos? El consumo de agua debe ser una de las bases de esta dieta, la cantidad dependerá de cada persona y sus actividades, pero intenta tomar alrededor de 2 litros por día. Por otra parte el vino es también característico de la dieta mediterránea, sin embargo no es básico, por lo que puedes añadirlo con moderación.
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