El estilo de vida griego se refleja en su cocina, nada pretenciosa y llena de sabor. Los productos frescos que llegan a sus fogones demuestran el cuidado y mimo que ponen en la selección de la materia prima. Los campos de olivos, limoneros, hortalizas y verduras que salpican el paisaje de Grecia nos hablan de una cocina conectada con el medio, rica, variada y vital.
Esta cocina mediterránea basada en los productos más inmediatos convive con una cocina de corte oriental. En las mesas griegas se aprecia la influencia de sus vecinos turcos. La gastronomía turca ha sido y es una de las grandes cocinas del mundo. Es palpable esta influencia en los “dolmades”, platos de verduras rellenas con múltiples variantes, en la forma de preparar las carnes y condimentarlas, en su afición por los pistachos y albaricoques secos y por supuesto en la repostería. Los pasteles “baklava” de hojaldre con nueces y sirope de miel son una especialidad turca.
Platos con estas características
Los griegos prefieren los platos de carne al pescado, si bien éste es muy popular y se sirve a la plancha, parrilla, frito y en todas sus presentaciones en las mil y una tabernas que bordean la costa. El cordero es la carne preferida. No hay fiesta ni ceremonia religiosa que se conciba sin un buen asado de cordero. En Pentecostés y en el barrio de Plaka, el visitante encontrará tabernas que asan al aire libre corderos y no precisamente lechales. A diario, el cordero se prepara a la cazuela acompañado de verduras.
La ternera se prepara en guisos, brochetas. Hay multitud de platos, -pimientos, berenjenas, hojas de parra-, que llevan rellenos de carne picada de ternera y / o cerdo. Acompañados o no de verduras, estos platos de carne se aromatizan con salsa de limón, la salsa avgolemono (que es una mezcla de limón y huevo) o de salsas de tomate especiadas con cilantro, pimienta y comino.
El plato por excelencia de carne picada es la “moussaka”. Pastel de forma rectangular que combina capas de carne picada con berenjenas gratinado con queso y que a veces se sirve con patatas.
También ocupan un lugar destacado los “pilaffs”, preparaciones a base de carne de cordero guisadas con las salsas que mencionábamos antes y que se colocan en el centro de un timbal o corona de arroz “pilaf”. Otro plato muy popular son las empanadillas de pasta “fila” rellenas de pollo y champiñones, espinacas y queso feta.
La ensalada griega por antonomasía es la HORIATIKI SALATA, que puede acompañar cualquier plato. Lleva tomate, aceitunas negras, cebolla, pepino y pimiento verde; se aliña con aceite de oliva virgen extra y orégano y se corona con queso feta. Esta ensalada marida a la perfección con el vino de retsina, vino blanco o rosado con aroma a resina de pino, sustancia que se añade en pequeñas dosis durante la fermentación de la uva.
Las verduras preferidas de los griegos son las alcachofas, las berenjenas, los pimientos y las espinacas muy presentes en multitud de platos. Las aceitunas más valoradas son las “kalamata”.
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