Muchas personas piensan que basta con echar a un lado las carnes y los alimentos procesados, y hacerse vegetarianos de un día para otro. Pero no se molestan en verificar si el menú diario que ponen sobre la mesa garantizan su correcta alimentación.
Por eso, no se trata tanto de comer solo frutas y vegetales, como de garantizar que los componentes de tu dieta sean sanos y estén bien equilibrados. Si tienes esto en cuenta, puedes incluso comer carne y algún que otro producto procesado, sin que ello afecte a tu salud.
La primera regla es la variedad. Por muy sana que sea tu comida, si no incluye todas las sustancias que necesita tu organismo para su óptima nutrición, enfrentarás tantos problemas de salud (o más) que con una dieta poco saludable.
Así que evita repetir el mismo menú diariamente, y asegúrate de que tus comidas incluyan proteínas, grasas, carbohidratos, vitaminas y minerales en proporciones adecuadas.
Según tus necesidades alimenticias, debes suministrar diariamente a tu organismo entre 20 y 35 gramos de fibra.
Esto incluye vegetales, grutas, legumbres y granos enteros como arroz integral, trigo sarraceno, cebada, mijo, avena, maíz, etc. De hecho, tu meta debe ser alcanzar los 14 gramos de fibra por cada 1.000 calorías.
Lo más recomendable que tu dieta sobrepase las 2.000 calorías diarias (o más si lo necesitas por las actividades que realizas).
Para conseguirlo, debes ingerir mínimo 2 tazas y media de vegetales, y 2 de frutas cada día. Y asegúrate, como dije al principio, de aspirar a la mayor variedad posible, sobre todo cuando se trata de vegetales.
Así que trata de que en tu ensalada haya vegetales amarillos, verdes, naranjas, azules u púrpura. Lo mismo se aplica a las frutas. Y no olvides añadir legumbres altamente nutritivas como garbanzos, judías, lentejas, soja, guisante y cacahuete.
Aquí se incluyen no solo los dulces (sobre todo, los basados en harina) y los refrescos como la Cola, sino la pasta, el pan blanco, los bocadillos, etc.
Recuerda que consumir elevadas cantidades de azúcar produce la inflamación y los niveles de insulina en sangre, aumentando el riesgo de padecer diabetes, problemas cardíacos y otros problemas de salud.
Ahora bien, no digo que no te comas un dulce o un espaguetti, o te tomes un refresco de vez en cuando, pero trata de reducirlos lo más que puedas en el día a día.
Las comidas procesadas suelen incluir ingredientes sintéticos que pueden afectar la salud y aumentar el riesgo de cáncer. Además, si te acostumbras a ellas estarás consumiendo la mitad de las calorías que necesitas diariamente. Esto incluye desde la margarina y los perros calientes, hasta los dulces y el helado.
Por otro lado, las grasas saturadas aumentan los niveles de colesterol en sangre, lo que conlleva numerosos problemas circulatorios y cardiovasculares. Por eso, lo mejor es consumir carnes magras, aves y productos sin esta clase de grasas. Y bajo ningún concepto ingieras alimentos que utilicen grasas trans, que son aún peores.
Hasta aquí, las 5 claves para una sana alimentación. Si te pareció útil, comparte este post con tus amigos de las redes sociales o déjame un comentario para saber tu opinión y experiencias, o responder a cualquier duda que tengas.
Esta entrada ha sido publicada el 26/01/2022 12:40
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