Con las constantes alarmas de la Naturaleza advirtiendo que un cambio en las conductas humanas hacia el Medio Ambiente es imperante, muchas personas se preguntan si tras un año de total transformación de la actividad humana, ¿es cierto que se cerró el agujero de la capa de ozono?
En este artículo, a tono con las expectativas que todos tenemos para el 2021, te comentamos que no sólo se redujo el agujero de la capa de ozono, sino que desapareció… hasta el próximo invierno. Te explicamos todo al respecto a continuación.
La capa de ozono forma una tenue capa en la atmósfera, y es la que se encarga de absorber los rayos ultravioletas. Estos rayos son sumamente dañinos para la salud humana, provocando enfermedades como cáncer, cataratas, etc.
Debido a la actividad humana, esta capa se ha ido debilitando con el paso de los siglos. Pero no fue hasta hace 35 años que se descubrió que tenía un agujero, en específico en el Polo Sur. Esta alarmante situación prendió las alarmas internacionales, hasta lograr en 1987 la firma del Protocolo de Montreal: un tratado que promovía la reducción y comercialización de varias sustancias que perjudican la capa de ozono, especialmente el CFC o clorofluorocarbono.
A pesar de ser más acentuado en la Antártica, en el Ártico también se observan anualmente pequeños agujeros. Sin embargo, este año el agujero desconcertó a la comunidad científica por su enorme tamaño.
Los agujeros en la capa de ozono sólo son perceptibles a finales de invierno o principios de la primavera, pues dependen totalmente de la existencia de nubes estratosféricas que conviertan mediante la radiación solar los compuestos no reactivos en reactivos, destruyendo rápidamente el ozono.
Otra de las causas del agujero en la capa de ozono son los vórtices polares, que no son otra cosa que ciclones persistentes a gran escala. Que, al mantener la temperatura de la capa de ozono sobre la Antártida constantemente fría, propician el agotamiento del ozono en la estratósfera.
En el 2020 se detectaron dos grandes agujeros en la capa de ozono que, por suerte, se cerraron.
A finales de marzo del 2020, la Agencia Espacial Europea (ESA), detectó la existencia de un agujero de 1.000.000 km2 en el Ártico. Considerando que no había tenido este tamaño desde hace 40 años, se trató de una situación totalmente atípica. Sin embargo, el CAMS (Servicio de Monitoreo de la Atmósfera de Copernicus) informó el cierre del agujero de ozono a finales de abril.
Lo curioso es que el cierre del mismo no se debió, como muchos especulaban, al confinamiento por el coronavirus y la consecuente disminución de la actividad productiva e industrial humana, sino por la separación del vórtice polar que permitió que entrara aire rico en ozono al Ártico.
Por otra parte, en octubre del 2020 se informó de un enorme y profundo agujero en la capa de ozono del Antártico, de casi 24.000.000 km2. Un agujero tan enorme, que sorprendió a todos cuando a finales del mes de diciembre del 2020, se cerró.
Ahora ya sabes que los agujeros en la capa de ozono no sólo se deben a la actividad humana, sino a fenómenos naturales. Su resolución depende tanto de nosotros como de la propia Naturaleza, siempre que le permitamos curarse a sí misma.
Esta entrada ha sido publicada el 21/01/2021 12:00
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