Muchas personas no lo saben pero la dieta mediterránea proporciona a los niños los nutrientes adecuados para favorecer su crecimiento y desarrollo. Esto se debe a que es rica en fibra, hierro y proteínas, además se encarga de garantizar el óptimo desarrollo mental y físico de sus cuerpos. Esto la convierte en una de las mejores opciones a la hora de alimentar a los más pequeños del hogar.
Además, esta dieta ha sido declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Y esto se hace más patente una vez analizamos su modelo nutricional, el cual ayuda a que todos los que la consumen se encuentren mucho más saludables.
Entre algunos de los ingredientes claves podemos encontrar el aceite de oliva, el pescado, la carne, verduras y vegetales frescos. Consumirlos todos los días, ayudará a proteger al organismo del desarrollo de enfermedades a largo y mediano plazo.
Beneficios en los niños
De la misma manera que la dieta mediterránea ayuda al cuidado de la salud de los adultos y los adultos mayores, en los niños brinda una gran cantidad de beneficios. Esto se hace mucho más patente si el consumo de dicha dieta se comienza desde edades tempranas. A continuación te diremos algunos de las ventas que supone consumirla.
Protege contra enfermedades cardiovasculares
El aceite de oliva es uno de los principales ingredientes de la dieta mediterránea, por lo tanto lo podemos encontrar en la mayoría de sus recetas. Este elemento, combinado con otros como el pescado, ayuda al fortalecimiento del corazón y reduce, en gran medida, la hipertensión arterial.
Previene la obesidad
Uno de los problemas más graves que viven hoy en día muchos niños es la obesidad temprana. Es por ello que es muy importante, para el desarrollo de nuestros hijos, contar con una dieta que presente un adecuado contenido calórico. De esa manera, lo pequeños podrán mantener un peso estable a medida que crecen, lo cual los hará sentirse y estar mucho más sanos y fuerte.
Previene la diabetes
La dieta mediterránea es rica en alimentos naturales como son las frutas, verduras y productos frescos que, además, son bajos en grasas, y ayuda en la reducción del impacto metabólico. Se sabe que la ingesta de minerales puede reducir la resistencia a la insulina y descomponer los azúcares con total éxito.
Mayor energía
Por ser una dieta tan completa, donde se combina proteína, fibra y antioxidantes, es normal que gracias a ella el organismos de los más pequeños se desarrolle de manera adecuada y funcione a todo su potencial. Una vez adoptes este tipo de dieta, verás un gran cambio en la energía que tiene tu hijo y podrás compartir con él momentos inolvidables.
Mejora funciones cognitivas
Una gran cantidad de investigaciones relacionan la dieta mediterránea con la mejora de las funciones cerebrales. Esto hará que los niños tengan mejor capacidad para realizar las actividades escolares y de aprendizaje. Recuerda que en los primeros años, todo niño es una esponja que absorbe todo a su alrededor, por ello es importante que sus su cerebro tenga un buen desarrollo.
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